martes, 7 de agosto de 2012

Ese pado se va convirtiendo en tu presente

Una mañana de repente te despiertas preguntándote que fue lo que sucedió. Te levantas aturdida, con ese pasado en tu mente, y es cuando descubres frente a el espejo que en tus labios se dibuja esa sonrisa que por un instante te descoloca.
Las horas pasan y no dejas de hacerte preguntas a las cuales no tienes respuestas. Tu mente da una y mil vueltas e intentas ponerle fin convenciendole que todo pasará, que no hay de que preocuparse. Que aunque la vida de mil vueltas crees que tú ya no las podrás dar.
Necesitas desconectar, te sumerges en lo más profundo de tus sueños. Caminas a pies descalzos por ese lugar que tanto te gusta pasear, sientes ese olor a mar. Pero de repente surge el problema cuando te preguntas por tu presente. ¿Dónde está? ¿Cuánto dura? ¿Días? ¿Horas? ¿O tan sólo un segundo? Puede que el pasado lo olvides y que el futuro lo puedas cambiar, pero ¿puedes escapar de tu presente?

Te das cuenta que llevas años construyendo tu vida, arreglandola y perfeccionándola. Pero llega tu pasado y a su paso todo lo desmorona. Te sumerges en esas sensaciones, en tus sueños, tus pensamientos. A tu mente vuelven las preguntas. Te agobias, no sabes que responder.
No sabes cómo expresar lo que sientes, lo que piensas. Necesitas desahogarte. Piensa en que lo pudo ser y no fue, en que habría sido si ese pasado hubiera... ¿luchado? ¿mostrado interés?... a ti misma te dices que si aquello que en tu mente te preguntas no sucedió, sería por que igual no era el momento, que no debías formar parte de su presente


No dejas de recordar todas esas cosas de tu pasado, en lo que tú sin darte cuenta se ha convertido en parte de tu presente. Cierras tus ojos y por un momento crees viajar en el tiempo. En estar en aquel lugar que para ti transmite tranquilidad y serenidad. Te acompaña tu pasado. Y tan sólo puedes dejar a tu imaginación volar... Parece que el tiempo se te detiene, que tus pensamientos cobran vida, que todo es más fácil entre las cuatro paredes de tu habitación y que nada va a salir mal, por que todo está en tu mente.
Despiertas, vuelves a la realidad y comprendes que todo forma parte de un sueño en el cual tú eres la dueña y decides con que soñar.
A momentos te sientes bloqueada, no sabes cómo expresar que es lo que quieres. No sabes que pretende tu pasado, por que se ha alojado en tu mente. No sabes si tan sólo forma parte de un juego.


Deseas que llegue la noche, vuestra mayor aliada. Cada día que pasa necesitas más de tu pasado. Te puedes pasar las horas hablando con él, encontrando uno mil temas más de que hablar. No quieres cerrar los ojos, te niegas a ello, por que sabes que mañana será otro día en el que vuelvas a la realidad. Te molesta que sepa cual es el momento de sacarte esa sonrisa que por momentos llegastes a olvidar.
No puedes dejar de preguntarte que es lo que piensa, que siente... pero no se lo quieres preguntar, tienes miedo a sus respuestas. Prefieres seguir con tus dudas y que sea tu mente no tu corazón quien te dé esas respuestas.
Las palabras surgen y tus dudas incrementan. No sabes si eso que comenzó como un juego, se puede hacer realidad.
Deseas encontrarte con tu pasado, revivir aunque sea una sola noche esos momentos, viajar junto a él en el pasado. Pero sabes que no debes, que tienes un presente en el qué el no está. No puedes viajar a el pasado, no puedes recordar lo vivido, te hará daño. Pero sabes que no lo podrás evitar. Quieres encontrarte con él y no debes... Sabes que si eso sucede entonces será el día que en realidad no exista nada más a vuestro alrededor, pero te convences una y otra vez que no, que eso no puede suceder.




Te conformarías con verlo, tenerle cerca, sentir sus manos acariciándote, que te provoque esa sonrisa que él sabe cuando sacarla en el momento oportuno... Pero sabes que es mucho lo que a ti de tu pasado te separa, y que eso sólo sucederá cómo hasta ahora, en tus sueños!!!!


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